Cuentos
antiguos hablan de ti.
Viejas
grietas en las rocas
nos
demuestran tu atávica presencia.
Olvidados pálpitos de ternura
a nuestras
almas cobijan.
Desterrada quedaste de
nuestros corazones.
Los juglares ocultaron con
cálida maldad
la beldad de tu frío
corazón.
Cantaron a tu dureza,
rimaron con tu severidad,
te convirtieron en la
malvada hada de pueriles cuentos.
Vives
desde entonces encerrada entre tallados cristales,
añorando
las viejas bacanales fraternas,
donde
la felicidad manaba de tus cálidas venas
y el
amor flotaba transportado por Eolo desde el Septentrión.
Tiempos
perdidos de la humana memoria.
Fin
tendrá este canto para quien no tiene término.
Tristemente
no comprenden que no eres el umbral del eterno,
no
eres el inicio de las sombras,
el
fin de todos los sueños…NO,
en
realidad eres el portal que da inicio a la vida.
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