Blanca
espuma de la noche
languideces
de tristeza,
andas
solitaria, perdida,
cabalgas
incesante las olas
amargas
de la mar bravía.
Gritas
a la Luna
romances
ya olvidados,
andas
desesperada buscando
cada
noche un amor
incandescente
que te
ayude
a vivir y que
sea
solo para ti.
Pero,
bella espuma, en tu
onomástico
una pluma se posó,
rozó
tu piel y entonces te amó.
Ayer
era tristeza y dura
melancolía,
hoy es
amor
y dulce compartir,
recorremos
juntos esa
mar
que hoy sabemos
embellecer
con nuestra felicidad.
Tiempo
es de cabalgar al corcel
embravecido
de la cotidiana vida.
Ambos
en unión
mostraremos
el camino que en tu
onomástico
empezamos a trazar.
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