Estimados camaradas socialistas, el presente artículo solo tiene un
fin y es el de llamar la atención, el de poner el dedo en la llaga,
en el espinoso tema de los tercerizados, sobretodo los existentes en
la administración publica y empresas del estado, donde tristemente
esta modalidad aún tiene a muchos compatriotas pendiendo de un hilo.
Recordemos que en la más reciente ley del trabajo aprobada, en sus
artículos 47 y 48 se habla expresamente de la prohibición del uso
de la nefasta tercerización en todos los ámbitos del que hacer
laboral venezolano, y además, en sus disposiciones transitorias
indica claramente que en un lapso no mayor a tres años a partir de
la firma de dicha ley (30 de abril de 2012) no deberá existir ningún
tercerizado en esta bella patria de Bolívar y Chávez.
Sé muy bien que apenas han transcurrido un año y medio del plazo de
tres dispuesto por la ley, pero la realidad es que quedan casi la
misma cantidad de tercerizados que habían a la promulgación de la
ley y poco interés se ve en los jerarcas de nuestros entes públicos,
así como en los directores de las empresas básicas en resarcir esta
insana situación y colocarse a derecho.
Reconozco que el decreto de inamovilidad laboral era harto necesario
en estos tiempos, dando un nivel de seguridad y estabilidad a
nuestros empleados muy necesario, y algunos (que no son pocos)
escuálidos muy bien enquistados en nuestras instituciones públicas,
pero para el contratado, para el que se encuentra fuera de la nomina
fija del ente en cuestión su diciembre, época donde estos mal sanos
contratos anuales se vencen, no es tan tranquilo, no es para nada
seguro cuando pende del hilo del gusto del ministro de turno por el
área especifica donde trabaja.
Repito, es cierto que aún falta una largo año y medio para que se
venza el plazo para el necesario fin de tan nefasta modalidad, pero
repito de nuevo, es poco lo que se ha hecho en nuestros entes
públicos por acabar con este mal, y vaya que conozco unos cuantos en
esta situación y que si no los nombro es por carecer de permiso por
parte de ellos ya que temen por su precaria situación laboral, y
este temor es más que comprensible.
Señores, la inamovilidad laboral es un gran logro de este gobierno y
de un claro talante socialista, pero ojo, no llega a todos, hay un
grupo, aún muy numeroso de compatriotas que no esta amparado por
este decreto y que cuya situación laboral es poco menos que
precaria.
El socialismo debe proteger ante todo al más necesitado, jamás nos
olvidemos de eso.
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