jueves, 7 de mayo de 2020

Luces Violetas


Cada mañana, muy de temprano, me transformo en ágil y ligera pluma.
En pluma blanca, pluma de paloma;
y con total desenfado me entrego a los brazos de la cálida brisa matinal.

Esta, en un torbellino de arrebatada alegría me acoge en su seno,
me abraza, me arrulla y me ayuda,
sin duda, a alcanzar mi sueño.

Todas las mañanas, muy de temprano, salgo al ruedo de la vida,
pero nunca y jamás sin remontar antes a las nubes.

Es mi sueño de vida, es mi condición Humana,
el que bien temprano, cada mañana, remonte el éter espacio de la fantasía.

Solo busco alcanzar a la nube más alta,
a la cresta empinada,
al pináculo último,
aquel que muy de temprano encierra el arco iris divino.

Todas las mañanas, muy de temprano, remonto los cielos,
escalo mis sueños,
y llego a ti: mi nube soñada.

Y ahí, como cada mañana, se expone ante mí la cajita de colores solares,
luz de la fantasía, de la amistad, del amor.

Y hoy, muy tempranito en la mañana, todos mis colores
eran de un austral muy: Violeta.


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