domingo, 26 de abril de 2020

Violencia



            Estimados camaradas antes de profundizar en este diserto debemos estar todos en sintonía, es decir, tenemos que colocarnos todos en el mismo carrusel que transporta el significado -que nos ha de servir de base- de la palabra violencia; y para eso usaremos la sacrosanta biblia en la cual nuestros conquistadores atesoran el saber absoluto de su idioma (que es el nuestro) para entendernos mejor, es decir,  consultaremos el vocablo a la R.A.E.
Violencia:
Del lat. violentia.
1. f. Cualidad de violento.
2. f. Acción y efecto de violentar o violentarse.
3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder.
4. f. Acción de violar a una persona.
            Y aún para entendernos mucho más y mantenernos todos en el mismo carrusel busquemos, en el mimo libraco, la acepción de “Violento”.
Violento, ta
Del lat. violentus.
1. adj. Dicho de una persona: Que actúa con ímpetu y fuerza y se deja llevar por la ira.
2. adj. Propio de la persona violenta.
3. adj. Que implica una fuerza e intensidad extraordinarias.
4. adj. Que implica el uso de la fuerza, física o moral.
5. adj. Que está fuera de su natural estado, situación o modo.
6. adj. Dicho del sentido o la interpretación que se da a lo dicho o escrito: Falso, torcido, fuera de lo natural.
7. adj. Dicho de una situación: Embarazosa.
8. adj. Dicho de una persona: Que se encuentra en una situación embarazosa.
            Y aún busquemos otro vocablo más para que nuestra base sea extensa y muy sólida, a saber: “Muerte violenta”.
Muerte violenta
1. f. muerte consecutiva a un traumatismo fortuito o la que se ejecuta privando de la vida a alguien intencionadamente.
            Ahora bien, coloquemos todo esto en una sola frase y en nuestra muy coloquial forma de entendernos: la violencia es una fuerza que ejercemos y que es superior a la que comúnmente aplicamos en nuestro quehacer cotidiano para obtener algo que creemos nos beneficia o por lo cual creemos tener la razón, pero esta fuerza se aplica causando daño a un tercero, bien sea cosa o animal -no olvidemos que somos animales-.
            Conectando la última palabra del párrafo anterior: “animales”, con la violencia, debemos ahora dar una característica fundamental de eso a lo que hemos dado por llamar “humano”, género al cual pertenecemos, y esa característica fundamental es que somos animales racionales y esencialmente “omnívoros”. Y qué significa ser omnívoro, pues que comemos de toda aquella materia orgánica que nos rodea, es decir, comemos tanto plantas como animales y es en esta última parte donde voy a basar toda mi disertación siguiente.
            Lo que nos llevó a evolucionar como especie y llegar a ser los seres racionales capaces de creernos dueños de la naturaleza y, aún más, capaces de haber inventado a un dios a nuestra imagen y semejanza para después reverenciarlo con total sodomía, fue el hecho de ser CARNIVOROS; ahora que pensándolo bien y viendo en lo que nos hemos convertido, comienzo a entender un poquito a los veganos, pero esa es otra historia.
            Estemos muy claros, lo que nos llevó de manera definitiva a convertirnos en el homo sapiens que somos hoy día fue la carne, fue nuestra característica principal de ser carnívoros; y, señores, para ser carnívoros hay que cazar y al cazar hay que MATAR a otro ser vivo y a estas alturas, si recordamos el significado que antes dimos de “muerte violenta”, entenderemos todo.
            Señores, para no alargarme en algo que está más claro que el agua donde lavo mis pies…Coño, creo que es un muy mal símil, pero bueno, somos animales, somos carnívoros, ergo, somos violentos; pues ningún animalito en esta tierra viene y se suicida en nuestro plato para poder comérnoslo y además esta violencia nos enajena pues ese mismo animalito no se queda mansito para que nosotros le atestemos el golpe de gracia, pero en este punto, tristemente, debo aclarar que nuestra racionalidad ya nos hizo superar esa barrera y nos convirtió en asesinos piadosos, pero al final ASESINOS.
            La violencia NADA tiene que ver con el bien y el mal, mucho menos tiene que ver con una posición moral y aun menos con una divina; la violencia es una característica NATURAL de lo humano y que sale a aflorar apenas la necesitamos, es nuestra capacidad de raciocinio el que ha de evitar que esta supere limites imposibles de explicar, aunque visto lo visto en la historia reciente la violencia ha alcanzado unos niveles de sutileza que ciertamente ya comienzo a creer en aquellos que dicen que no somos animales, pues en este reino tanta crueldad, tanta bajeza, tanta ruindad solo somos nosotros capaces de tenerla.
            No nos asombremos ante los actos violentos que el humano es capaz de cometer pues ya pasamos el límite de toda tolerancia y menos aún busquemos una razón divina o sobrenatural para explicar algo que nos define como especie, empecemos a educar a nuestros hijos en el esencial arte de dominar aquello que nos es intrínseco y esperemos que al final llegue un mundo mejor, pero cuánto lo dudo.
            Y ahora sí, ya para finalizar este breve diserto, colocaré una frase que cada vez que escribo de lo humano no la puedo sacar del tintero, y es una que aparece en la inmortal obra “Orgullo y prejuicio” de Jane Austin: “A poca gente quiero de verdad, y de muy pocos tengo buen concepto. Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia".

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